Jazmín

Ese ruido de mierda!
La ventana de mi habitación daba justo al pasillo del conventillo y esa vieja del 8 salía todas las mañanas a manguerear. Como si los días o las contadas horas que le quedaban fueran a tenerle algo de piedad sólo por ser una buena vecina. El dolor de cabeza era insoportable, me había acostado hacía 2 horas y todavía me sentia un poco ebrio. Estaba en la cama, boca abajo y con las zapatillas puestas. Sonó el timbre. Hacía años que el portero eléctrico no funcionaba así que ,aprovechando qe me dormí vestido, decidí salir a ver quién era. El pasillo era largo pero de lejos pude distinguir una figura, una mujer, muy pequeña. Era Jazmín, una chica de la cual un amigo (Coco) estaba enamorado, es decir, se la quería cojer, pero para nosotros en ese tiempo el amor no era más que eso. Teníamos corazones vírgenes. Observé sus pupilas, estaba increíblemente sobria, y bonita. Nunca la había visto así. A la luz del sol sus ojos se tornaban del color de la miel, su pelo tenia unos extraños tintes púrpuras y hasta parecía una buena persona. Venia a pedirme, y la cito, "10 pesos para un vino". Le dije que no, tenía ganas de insultarla pero en vez de eso le dije:

- Cómo supiste donde vivo?.
- Me dijo Coco - contestó hablando suavemente.
-El se tenía que ir a trabajar, así que le pregunté si podía venir a verte a vos y me dijo que todo bien.

Yo la odiaba, a ella y a la resaca. Mientras me hablaba de no se qué cosa me dio la espalda un par de veces, su pelo flameaba y parecía llevarse muy bien con el sol, y el culo parecía querer salirse del pantalon que aguantaba ya bastante descosido. Ella me miraba y notaba mis ganas de arrancarle todo lo puesto, por eso ponía su mejor cara de monja. Era muy puta. Siempre que se acercaba a un varón era por interés, y en ese momento sus ojos me decían que hoy estaba fácil. Me guardé todo y le repetí varias veces que no tenía dinero, que necesitaba dormir y me sentía enfermo. Era muy bueno en ese entonces, jamás me habría enredado con la chica de mi amigo, además yo tenía una historia con la prima de Jazmín, Sabrina. Tiempo después Coco se la andaba clavando. Jazmín se cansó de insistir asi que me volví hacia mi casa. Estaba de vuelta en mi cama sacandome el calzado. Casi pude verla yéndose por la vereda mientras a su alrededor caían las hojas de arces y plátanos. Pude imaginar a los hombres trabajando, descargando los camiones de gaseosas, mirandole el culo, deseandola, y ella alejándose en un camino de ida en la búsqueda de esos 10 pesos para el vino.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Soñé que vos y yo

Tuve que matar

A cierta hora en que la noche se hace día