Asesinato en el parque

La sangre seca dibujaba un río impregnada en las frías y oscuras calles del barrio de Parque Chacabuco, los vecinos observaban horrorizados pero con una especie de curiosidad morbosa desde las calles y las ventanas. Una disputa entre dos malvivientes se había cobrado la vida de uno de ellos, un testigo que llamó a la policía observó desde su balcón como el moribundo linyera aprovechó sus últimos minutos de vida para sacar un cuaderno de su enorme bolsillo y escribir unas últimas notas. Los policías a cargo de la investigación hallaron el papel y leyeron:

Nos sentimos cada vez mas sólos.
Al final sólo la muerte 
Salvará al hombre del monstruo
Que él mismo ha creado.
La rutina dibuja un sendero
Y la locura es un paciente, sereno.
La mentira se ha convertido 
En el arma más cruel, 
es tan fuerte como la dejas ser.
Es el día la venganza
De las noches de parranda.
Es el precio que pagamos
El de vernos arruinados.
Pero que bicho raro
El que ha llegado al hormiguero!

Al día siguiente ya no había rastro alguno del homicidio, las calles limpias, el asfalto despejado, nada podía impedir que el colectivo de la linea 26 hiciera su recorrido normal. Era una hermosa mañana y la ciudad no tenía tiempo que perder.

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