TODO LO QUE AMAS SE TE ARREBATARÁ. Stephen King.
Era un Motel 6 en la interestatal 80, a escasa distancia al oeste de Lincoln, Nebraska. La nieve que empezó a caer a media tarde había desvaído el amarillo chillón del rotulo hasta dejarlo en un tono pastel más soportable mientras la luz desaparecía del crepúsculo de enero. El viento empezaba a adquirir esa cualidad invasiva y desbocada que solo se aprecia durante el invierno en la inmensa planicie que surca el centro del país. En esos momentos, solo representaba una molestia, pero si por la noche arreciaba la nevada, extremo sobre el que los meteorólogos no parecían ponerse de acuerdo, la carretera estaría cortada a la mañana siguiente. Pero a Alfie Zimmer le daba igual. Obtuvo la llave de un hombre ataviado con chaleco rojo y condujo hasta el final del alargado edificio de hormigón. Llevaba veinte años vendiendo en el Medio Oeste y se regía por cuatro reglas básicas que él mismo había formulado para garantizarse un buen reposo nocturno. En primer lugar, reservar siempre con antelac